La alquimia del azúcar: Lo dulce como lenguaje universal

El azúcar tiene algo de alquimia.

Transforma lo simple en extraordinario, lo cotidiano en celebración.

Pero más allá de su química, tiene un poder simbólico: es la materialización del afecto.

No existe ritual humano donde lo dulce no esté presente.

En bodas, nacimientos o despedidas, siempre hay un pastel, una galleta, un caramelo.

El azúcar une lo que la palabra no alcanza a decir.

Las marcas que dominan este lenguaje lo saben: cada producto es un mensaje.

Cada envoltorio, una promesa.

Y cuando se logra el equilibrio entre dulzura y verdad, la conexión trasciende el sabor.

Porque al final, lo dulce no solo se come: se recuerda.