top of page

Abramos la conversación.

Dulce protesta: la repostería como voz política

Actualizado: 4 nov

Hay hornos que rugen más fuerte que los altavoces. En muchas ciudades, colectivos de mujeres, migrantes o minorías han encontrado en la repostería una forma de resistencia. Galletas con consignas, pasteles que narran injusticias, panes que se reparten en manifestaciones. El azúcar se convierte en mensaje y el acto de hornear, en una declaración pública.

ree

En un mundo donde todo se mide en cifras, la dulzura se vuelve gesto político. Repartir comida es un acto de poder: quien alimenta, cuida; quien cuida, transforma. Las panaderías sociales, los talleres feministas o las cooperativas de barrio usan la repostería como arma de ternura. El pan sustituye al panfleto; el aroma sustituye al miedo.

Cada galleta compartida en comunidad es una metáfora del mundo que queremos: uno donde la justicia tenga sabor, y la empatía sea comestible.

Comentarios


bottom of page