Migas de memoria: Cuando el sabor se vuelve identidad
- GERMÁN CAMOU GARCÍA
- 15 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 3 nov
En cada cultura, el pan y las galletas no solo alimentan: definen quiénes somos.
El sabor es el espejo de un pueblo, la expresión más sencilla de su alma colectiva.
Las migas que quedan sobre una mesa después de comer son, en realidad, rastros de identidad.
Son testimonio de algo compartido, de una experiencia que ya es historia.

Una marca gastronómica no se construye solo con ingredientes; se construye con recuerdos.
Con lo que la gente siente al probar, con las historias que se cuentan mientras se sirve, con los silencios que acompañan el primer bocado.
Quien logra convertir el sabor en identidad ha encontrado el secreto de la permanencia.
Porque los productos pasan, pero las emociones saboreadas permanecen.




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